No sé si alguna vez has sentido que tu historia ya no te pertenece.
Que no eres tú quien la narra, sino las mujeres que te escriben, te abrazan, te lloran, te compran, te devuelven y aún así te agradecen.

Eso es lo que sentí escuchando a Paula Labra. Fundadora de LoveLust.

Ella no vende ropa interior. Ella representa. Y eso es infinitamente más valioso, más peligroso, más valiente.

Podría haberse quedado en el molde. Ser una fotógrafa más. Una emprendedora más. Pero algo la rompió. Una niña de 3 años diciendo “soy fea”. Esa frase la hizo mierda. Y en vez de mirar pal lado, hizo lo que hacen los verdaderos rebeldes: se quedó. Se enojó... Y construyó algo que la hiciera llorar de emoción cada vez que lo mira.

Paula no construyó una tienda. Construyó un espejo. Y ese espejo refleja cuerpos que antes no existían. Cicatrices que hoy se llama actitud y personalidad.

Historias que hoy son bandera.

Y cuando vino el caos —la deuda, el sobrestock, la soledad, el “casi cierro”— no vendió su alma.

Vendió con propósito. Pidió ayuda. Se desnudó (emocional y literalmente). Y la comunidad no solo la salvó: se convirtió en ella.

Paula me enseñó que una marca con propósito no es una estrategia. Es una resistencia.

Que cuando lo haces por amor, puedes quebrar el negocio… pero no la historia ctm.

Y lo más fuerte de todo es que entendí que esa voz rebelde no es solo de ella. Vive en todas las personas que alguna vez se sintieron fuera del sistema, del estándar, del catálogo.

Así que si estás leyendo esto y piensas que estás al borde: que sepas que un día Paula también dijo “Puedo vivir sin LoveLust”.

Y ese día, renació.

Presentación completa aquí: https://youtu.be/oqQHRuKLeO0

Te dejo mis apuntes, quizás te sirvan.

  1. Tu marca no puede ser solo un producto.
    Tiene que ser una causa, una herida, un mensaje. Lo demás se copia. Eso, no.
  2. La transparencia no es debilidad.
    Mostrar el dolor, las pérdidas y los errores no solo te humaniza: te convierte en el puto fuego para los demás.
  3. Que la comunidad no se construye con descuentos, sino con verdad.
    Las personas no siguen marcas. Siguen historias en las que se reconocen. Trillado, pero es tremendo facto
  4. El propósito no se improvisa: se encuentra en lo que te rompe.
    Cuando algo te duele tanto que te cambia la vida, ese es tu punto de partida. No lo ignores.
  5. Que puedes reinventarte, pero no sin decidir primero quién eres.
    Si alguna vez sientes que tienes que volver a empezar, hazlo... pero con todo lo aprendido esta vez.

¿Cómo aplicarlo en tu día a día?

  • Cuestiona todo lo que haces en tu negocio: ¿esto representa a alguien o solo vende?
  • Habla con tu comunidad, no como vendedor, sino como ser humano.
  • Documenta tus procesos, también los duros: ahí está el oro de tu historia.
  • Recuerda que el verdadero éxito no es cuánto vendes, sino cuánto transformas.
  • Si no sabes por dónde partir… parte por tu herida. Ahí está tu revolución.

    Paula
    no fue una invitada más.
    Es una prueba viviente de que el negocio puede temblar, pero si el fuego está intacto… la Resistencia sigue.

    Un abrazo. Miguel Angel.

    Gracias Paula!